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Se necesitan 800.000 dadores de sangre

Solo se dona el 5% de lo recomendado.
Fabiola Czubaj LA NACION

Es difícil que transcurra más de una o dos semanas sin que llegue un e-mail en el que se solicitan con urgencia 10, 50 y hasta 120 dadores de sangre para que un familiar o un desconocido puedan ser operados o transfundidos.
"Quienes donan sangre ayudan a cientos de personas. Donar sangre es dar vida", recuerda el texto del mensaje con el que la semana pasada el hospital Garrahan, de esta capital, solicitó a la población 60 donantes diarios para sus pequeños pacientes víctimas de accidentes graves, con leucemias o anemias crónicas o que deben ser trasplantados del corazón, pulmón, riñón o médula ósea.
La Argentina cuenta con apenas el 5 por ciento de los 800.000 donantes voluntarios que debería tener para asegurar la disponibilidad de sangre en todo el país. Y aunque existen varias iniciativas exitosas, son aisladas, lo que impide contar con aquella cantidad que, como ha recomendado la Organización Mundial de la Salud (OMS), representa entre el 3 y el 5% de la población adulta.
La Fundación para Combatir la Leucemia (Fundaleu) es justamente una de esas iniciativas. "Es uno de los pocos centros en el país que se autoabastece por completo. Nunca negamos la disponibilidad de sangre y nuestros grandes consumidores de sangre son los que necesitan trasplantes y los internados con leucemias agudas por períodos prolongados", explicó a LA NACION el doctor Santiago Pavlovsky, director científico y médico de Fundaleu, fundador del Grupo Cooperativo en el Tratamiento de Hemopatías Malignas en Latinoamérica y cofundador con tres reconocidos oncohematólogos del Grupo Argentino de Tratamiento de la Leucemia Agua (Gatla), que unificó el tratamiento de las enfermedades malignas de la sangre.
-¿Por qué es tan difícil en el país crear conciencia de la importancia de donar sangre voluntariamente?
-Es un problema de educación, como en tantos otros ejemplos que tenemos en el país.
-¿Y por dónde habría que empezar?
-Comenzaría por el colegio secundaria, pero también generaría conciencia en la población de que toda persona tiene un familiar cercano que en algún momento necesitó sangre y que también se ha desesperado. Si uno estimula al dador que se acercó a donar sangre por un familiar o un amigo alguna vez, puede quedar como donante voluntario, que son los más fieles y seguros. No creo en las campañas con urnas en las que las personas colocan sus datos porque muchas veces después dicen que no.
-Si seguimos así, ¿puede faltar sangre en el país?
-La falta de sangre en la Argentina ya es crítica, y la mayor parte de los hospitales y sanatorios se deben manejar con la donación compulsiva, que es exigirle a la familia del paciente que consiga una cantidad determinada de donantes para poder realizar la intervención.
-Que justamente no es la forma más segura...
-Exacto, porque muchas veces, en la desesperación, para que se opere a un familiar le paga al empleado u otras personas para que vayan a donar. Y esas personas, a la vez, por necesidad pueden ocultar que consumen drogas o que tienen otras conductas de riesgo, que bien se especifican en la planilla que hay que completar antes de la donación. Por lo tanto, esa no es la forma más confiable y segura de colectar sangre. Una fuente de vida
A la sangre se la considera una fuente de vida porque contiene una gran cantidad de células con un papel específico en el funcionamiento del organismo, como el transporte del oxígeno desde los pulmones al resto de los órganos o la defensa ante cualquier agresión. Esas células son las plaquetas, que son las encargadas de detener toda hemorragia; los glóbulos rojos, que transportan el oxígeno, y los glóbulos blancos, que actúan como un batallón defensivo contra infecciones y microbios.
Se estima que 9 de cada 10 personas necesitaremos sangre alguna vez, ya sea para nosotros o para un amigo o un familiar. Si bien Fundaleu atiende a un grupo de pacientes de alta complejidad en cuanto a sus necesidades transfusionales, en los últimos 12 meses, por ejemplo, necesitó unos 510 donantes mensuales.
"De los que concurrieron, muchos no pudieron donar, pero con la sangre de quienes sí pudieron hacerlo cubrimos un requerimiento promedio aproximado de 178 transfusiones de glóbulos rojos y 188 tranfusiones de plaquetas por mes", precisó el jefe técnico del Servicio de Hemoterapia, Jorge Gatica. En 2007, los donantes voluntarios de Fundaleu aportaron el 25% de las unidades de glóbulos rojos requeridas.
Los requisitos para donar son:
Tener entre 18 y 65 años.
Pesar más de 50 kilos
No haber tenido hepatitis viral, alteraciones cardíacas, hipertensión ni enfermedades transmisibles por sangre.
No tener dolor de garganta o muelas, diarrea y fiebre en el momento de la extracción de sangre, ni haber tomado antibióticos, analgésicos ni antiinflamatorios contra infecciones la semana anterior a la donación.
Se calcula que alrededor del 50% de los donantes no estará en condiciones de hacerlo en algún momento de su vida. "En Fundaleu tampoco nos alcanzan los donantes, pero tenemos una organización que nos permite satisfacer nuestras necesidades -dijo el doctor Pavlovsky en su despacho, durante la entrevista-. Estamos aumentando cada vez más la cantidad de donantes voluntarios, pero la clave para tener éxito es no esperar que el donante voluntario se acerque, sino ir a buscarlo." 40.000 Son los dadores voluntarios
Donan sangre una o dos veces por año de manera altruista; es considerada la donación más segura.
800.000 Son los donantes necesarios
Representan el 3 al 5% de la población de entre 18 y 65 años, según las recomendaciones de la OMS.

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